La captura de José Enrique Crousillat ha sido, sin duda, la noticia del día. Y ha sido así porque la gran mayoría no sabía en qué lugar se encontraba, lo que no quiere decir que algunos otros ya lo supieran desde hace mucho y decidieran hacer efectiva la orden de arresto en esta fecha.

Varios personajes políticos ya han calificado este hecho como una jugada politica por parte del gobierno para ocultar otros temas que lo afectan directamente. Por ejemplo, Ronald Gamarra en su cuenta de tuiter menciona lo siguiente:

Por su parte, Susana Villarán ha dejado entrever la posibilidad de que esto se trate de una cortina de humo, al igual que el candidato a la presidencia por Fuerza Social, Manuel Rodríguez Cuadros. Claro, el abogado de Crousillat, Jorge Castro,  lo ha dicho abiertamente, aduciendo que su cliente está siendo usado para tapar el tema de Jorge Del Castillo y la actual división en el APRA.

Sin embargo, lo sucedido con Crousillat nos da pie para recordar hechos similares con personajes, también, ligados al poder. Entre los principales de la última década figuran el levantamiento en Locumba - encabezado por Ollanta Humala y casualmente hoy candidato a la presidencia - que se produjo en plena decadencia del gobierno de Fujimori y, coincidentemente, cuando Vladimiro Montesinos escapaba en el velero Carisma. Cortina de humo o no, lo cierto es que hasta el momento las extrañas coincidencias en las que se produjo este hecho no han sido aclaradas.

Luego, figura la inolvidable y televisada farsa de persecución que realizó Alberto Fujimori para 'atrapar' a su cómplice Vladimiro Montesinos cuando bien sabía que éste ya no se encontraba en el Perú como lo comprobó, en su momento, el registro de llamadas.

Aquí un video en el que aparecen los protagonistas arriba mencionados:

Otro hecho que también será difícil de olvidar fue el escándalo de los pishtacos, en el que el protagonista fue Octavio Salazar, hasta hace poco fue Ministro del Interior. Este escándalo se dio, también cuando otro gran tema estaba siendo expuesto por la opinión pública: el de un escuadrón de la muerte que ejecutaba delincuentes extrajudicialmente, en Trujillo. Luego se demostró que no había tales pishtacos, ni grasa vendida a $15 mil dólares, ni nada de eso.

Finalmente, sucede la captura de Crousillat, hoy 10 de enero de 2011, en plena campaña política presidencial, cuando el APRA muestra más fisuras que nunca y cuando su carta presidencial no es un militante aprista sino una invitada independiente. Sorprende aún más que Crousillat haya sido encontrado en un departamento de Miraflores y no fuera del país como muchos esperaban. Cortina de humo o no, lo cierto es que este hecho es también bastante sospechoso y ya seguramente el tiempo o algún documento, audio o video nos dará a conocer lo que, de verdad, sucedió.